Hasta Trilce esta vez fue el escenario elegido para que la banda se presente luego de tres años en los que entre otras cosas, sucedió una pandemia y el lanzamiento de “Casi Farsante”, tercer disco del grupo y el primero con Luis Fillipelli en guitarra, un disco que sirvió para sanar algunos dolores internos y para reforzar la potencia musical de una banda constituida por Pedro Dalton en voces, Franco Varise (piano y órganos), Pablo Ferrajuolo (bajo), Luis José Navarro (batería) y Marcos Camisani (violín), a los que se les suma Marcelo Fernández, hermano de Pedro, en guitarra acústica que por cuestiones personales no fue parte del show.
Un hermoso escenario, con el espacio suficiente para que cada quien ocupara su lugar y pudiera emprender su propio viaje musical dio la pauta de que la banda brilla en lugares como este donde es posible apreciar de manera cómoda y confortable todos los colores que propone esa especie de orquesta rockera y ominosa que en definitiva es CHLB.

Más allá de algunos inconveniente de sonido con el violín y los teclados en algunos momentos puntuales del set, la sensación fue que lo que sucedió a lo largo de la noche sirvió para dar cuenta tanto de la potencia musical de las nuevas canciones que proponen una sonoridad donde teclados, piano y violín muchas veces marcan el pulso sonoro. En este punto canciones como “C.A.B.A”, “Casi Farsantes” o “Cuervos de Acero”, sirvieron de muestra de los contrastes a veces armoniosos y a otras disonantes que puede lograr el grupo. Sostenidos en la particular cadencia de Dalton, una especie de crooner que acentuó como un orfebre cada frase y cada palabra para relatar historias a veces paisajísticas y otras veces decadentes; el grupo fue capaz de generar un microclima en donde lo hipnótico, lo melancólico y lo evocativo funcionaron de manera casi unísona pero a la vez específica, gracias al propio aporte de cada integrante. En este punto la sutileza y la firmeza con que cada quien contribuyó a hacer sonar las canciones, fue una invitación a posar en distintos momentos del show los ojos en cada uno de los integrantes y percibir sus aportes. En esos momentos uno pudo encontrarse como en las nuevas canciones (bautizadas al menos por ahora “Marcos” y “Tano”) la habilidad de Pepe Navarro y de Pablo Ferrejuolo para manejar las secciones rítmicas marcaron el pulso de las mismas, percibir la sensibilidad de Franco Varise para acompañar la interpretación de Dalton en la bellísima “Hábito de Piano”, encontrarse con los melancólicos y potentes arreglos de Marcos Camisani en “Nocturno al Mediodía” y “Mecha Corta” o experimentar la habilidad de Luis Fillipelli para que sus arreglos de guitarra contribuyeran a que sus compañeros logren brillar en cada canción.
La sensación entonces de un show que cerró con “Zarpando” y “La Bestia” dos imprescindibles del grupo, a las que se sumó el sorpresivo cover de “Cuero de Serpiente” de El Corte (referencia de culto del post punk argentino de los ochenta, con Javier Calamaro entre sus filas) fue que CHLB encontró en Hasta Trilce un gran lugar para darle vida a sus historias urbanas de perdedores y buscadores de sentido. A seguir sus pasos.