Viernes 02 Jun, 2023

La niña bonita del diablo

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Crónicas | Dragonauta
La niña bonita del diablo
Texto: Facundo Llano | Fotos: Silvana Morsenti
Niceto Club ?

Quince años de música extrema en este país no es algo para tomar a la ligera y menos en este país. Hay bandas legendarias que no pudieron llegar a esa cifra. Que Dragonauta haya podido llegar tan lejos y poder hacer este festejo en Niceto es algo para celebrar.

Pero Dragonauta sigue su propia musa. Quince años es algo anecdótico si no se piensa en el futuro. Y una vez más la banda muta para reinventarse. Esta versión que incluye a Lucien Kurgan en bajo y voz, Leonardo Hellgross en batería, el histórico Daniel Libedinsky en guitarra y a Federico Ramos de Avernal reemplazando a Alejandro Gómez en la otra viola, se escapa un poco del tradicional sonido doom, aunque no hay nada de tradicional en la banda, para inclinarse hacia el primer black metal. Ramos se adapta a la perfección al grupo y el resultado es una verdadera topadora.

Lejos de hacer un “grandes éxitos”, el grupo casi que decide dejar de lado su repertorio emblemático para concentrarse en composiciones nuevas como “Draconian Steel”. Todo parece indicar que el futuro de la banda incluye climas más oscuros y opresivos, siempre con las violas gemelas como bandera.

A modo de anécdota podemos decir que estuvo el gran Federico Wolman para “Necrogalaxia” en el único momento de nostalgia de la noche. Una sola canción, para dejar con ganas de más. Porque el futuro del grupo emociona, pero sabemos que durante el periodo de “Cabramacabra” la banda era algo especial, capaz de darle pelea a los grandes nombres del género. Hoy también, pero desde otro lado. “Cabramacabra” los hizo únicos.

El resto del repertorio se pasea por los momentos más densos de discos como “Cruz invertida” y “Omega Pentagram” y que la banda al rotar constantemente de músicos, puede abordar ese repertorio siempre de forma diferente. Ninguna formación de Dragonauta suena igual a la anterior; cada una tiene su personalidad y no importa quién sea parte. Un poco como pasaba con los grupos legendarios como Deep Purple o Rainbow; la banda es una institución y mientras haya gente talentosa la esencia será la misma.

“Muerte y destrucción” cierra la velada como de costumbre. Uno puede decir que el show de festejo de 15 años no tuvo mucho, pero Dragonauta no se fija en esas cosas. La mejor forma de festejar 15 años es con un gran presente y la banda lo tiene.

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